Necesidad

Nunca he sido de dar abrazos. Los odio, para que vamos a engañarnos.
Odio toda clase de contacto por quedar bien: los dos besos cuando te presentan, los de saludo y despedida, los abrazos de felicitación del año nuevo, el apretón de manos solemne, la palmadita en la espalda por no saber que decirte... Creo que devalúan el sentido de acercarse a una persona.
Si, puede que no haya dado muchos abrazos en mi vida, que no sea de las que dejan carmín en las mejillas de mis conocidos, que no estreche la mano diciendo "lo siento" cuando alguien ha muerto... pero las veces que lo hecho lo he hecho con ganas, sinceramente, olvidando cualquier clase de protocolo y porque NECESITABA hacerlo.
Seré egoista, o estúpida, o quizá tenga un problema con el contacto con otro ser humano. Pero cuando me acerqué a ti, igual que cuando me he acercado a mis verdaderos amigos y seres queridos, lo he hecho DE VERDAD, saltándome mis normas, volviéndome vulnerable, poniendo en riesgo mi estabilidad emocional. Y algunas veces ha merecido la pena*, solo a veces...